A lo largo de la historia, la educación ha estado regida por las necesidades sociales y como se ha visto ésta simepre ha sido una posición difícil pues, por un lado el proósito de educar es conservar las pautas sociales que han devenido durante tiempo atrás al momento en que se vive; es decir, preservar la cultura tal y como ésta se esté dando; pero en contraste, según indica Cicerón, educar es liberar al alumno de la tiranía del presente, o sea, regenerar la cultura y sociedad mediante el rompimiento con las pautas que hasta entonces se estén dando. Al parecer, se trata de una contradicción que limita el sentido de esta actividad que, sin duda alguna, es vital para la humanidad, transmitir y/o adquirir conocimientos: aprender. En la actualidad, dicha disyuntiva se antoja más confusa por estar inmersa la educación en la sociedad de la información. Hoy en día se presenta una discusión referida a establecer qué es más importante dentro de la educación básica; por una parte se tiene que las competencias que un alumno debe desarrollar dtienen que estar dirigidas al manejo de contenidos imprescindibles, o sea de los que sin el dominio de ellos, el alumno no podría acceder a un nivel o grado posterior; sin embargo, por múltiples razones, la competencia a gran escala entre los países y a un nivel micro de las regiones o bien de las comunidades ha ocasionado que se pretendan manejar demasiados contenidos de aprendizaje en el nivel básico, es decir se trabaja a un nivel deseable. por supuesto desearíamos que un alumno de primaria egresara de este nivel teniendo un criterio reflexivo sobre los aspectos con los que tendrá que lidiar en un futuro cada vez más cercano, pero si éste no ha desarrollado competencias que le permitan insertarse siquiera en el entorno en el que está de una manera satisfactoria, lo anterior no sería posible en absoluto. El propósito de la educación básica, desde un punto de vista particular, precisamente se encuentra en su nombre, en proporcionar bases firmes en su aprendizaje, o sea, brindarle la oportunidad de desarrollar competencias que le vayan otorgando la posibilidad de adquirir y aplicar los conocimientos mínimos en cada momento de sus vidas teniendo ellos la posibilidad de tener un desarrollo lo más integral y completo posible. La labor de los educadores puede centrarse, de inicio, en buscar que los contenidos temáticos de las clases estén dirigidos a promover el desarrollo de competencias suficientes para el acceso a un siguiente nivel, y posteriormente, en medida de su ambición y de las características de sus alumnos, proponer una mayor complejidad en sus clases.
Psic. Juan Carlos Cuevas Becerra
Coordinador del DPUIJM